Un viernes por la tarde, justo antes de cerrar, Porfirio entró en nuestra cooperativa de crédito con un maletín lleno de papeles. Compartió su historia: la de la incertidumbre financiera y el riesgo de perder la casa de su familia.
Porfirio relató su acuerdo privado con un vendedor, un contrato que estipulaba un cuantioso pago global al cabo de ocho años. El peso de este pago inminente lo agobiaba, sabiendo que no cumplirlo podría resultar en la confiscación de su casa. Sus temores se agravaban ante la posibilidad de que el vendedor alterara las condiciones, dejando a Porfirio y a su familia en una situación precaria.
Reconociendo la gravedad de su situación, el subgerente de sucursal Charlie decidió profundizar en los detalles de Porfirio. Abordamos la situación a través de preguntas abiertas con la ayuda de Carmen, una empleada bilingüe de la sucursal. El dúo incluyó a Darla, directora de préstamos, para ayudarnos a encontrar las mejores soluciones posibles y asegurar que Porfirio no perdiera su casa. Al considerar varias opciones, como un préstamo con garantía hipotecaria, actuamos con cautela, conscientes de los posibles obstáculos que se avecinaban.
Cuando Porfirio regresó con sus hijos al día siguiente, con registros meticulosos de sus pagos durante ocho años, se hizo evidente la diligencia con la que había cumplido con sus obligaciones. A medida que el equipo analizaba sus inquietudes y evaluaba su situación financiera, quedó claro que buscar asesoría legal sobre los términos del contrato era la mejor opción.
Tras analizar el contrato, nuestro equipo legal identificó elementos preocupantes que indicaban prácticas crediticias abusivas. Impulsados por el compromiso colectivo de marcar una diferencia significativa, iniciamos sin demora la solicitud de un préstamo en Peninsula para que Porfirio pudiera salir del ciclo de préstamos abusivos y acceder a un préstamo estable con condiciones razonables. Cuatro días después, Porfirio recibió la tan esperada noticia de su aprobación, ¡un momento de inmenso alivio para él y su familia!
Para Porfirio, el Día de San Valentín cobra un nuevo significado: un día no solo de amor, sino también de gratitud por el apoyo incondicional de quienes realmente desean ayudar. Al mirar hacia el futuro, Porfirio sueña con tener una granja y brindar una vida mejor a sus seres queridos, animado por la nueva seguridad que le brinda la ayuda que recibió del equipo de Peninsula.
La trayectoria de Porfirio es un testimonio del poder transformador de la comunidad y la compasión. Agradecemos sinceramente a Charlie, Darla y Carmen por su firme apoyo a la causa de Porfirio. Juntos, seguimos impulsando sueños y forjando vínculos significativos con nuestros miembros, una historia a la vez.