A veces, crear un momento WOW no requiere grandes gestos: solo un balde de tiza y un espíritu acogedor.
En nuestra sucursal Belfair, el equipo decidió participar en una alegre iniciativa de nuestro equipo de eventos especiales: "Pinta el camino con tiza". Colocaron un cubo de tiza afuera, invitando a los miembros a dibujar, garabatear y decorar el camino. La respuesta fue inmediata y alegre.
Los niños dibujaron rayos de sol, balones de fútbol y arcoíris. Los adultos añadieron mensajes inspiradores. La acera, antes sencilla, se convirtió en una galería viviente de arte, conexión y alegría compartida. Transformó la entrada en algo especial: un lugar donde la gente sonreía incluso antes de entrar.
Un miembro veterano lo resumió perfectamente: No solo hablas de tu participación, sino que la vives. Me encanta cómo transmites alegría no solo dentro de la sucursal, sino también fuera.
Este pequeño acto nos recordó que la comunidad se construye con pequeños momentos de alegría e inclusión.