No compres lo que no te puedes permitir. Sencillo, ¿verdad? Bueno, más o menos. Si bien limitar el gasto al límite de un sueldo es fundamental para una buena gestión financiera, hacerlo puede ser extremadamente difícil. Hay muchas razones, pero la principal es la idea popular de que vivir endeudado no solo es inevitable, sino también aceptable. Sin embargo, esta es una forma muy peligrosa de ver las finanzas.
La amplia disponibilidad de crédito ha hecho que no tener efectivo para pagar artículos necesarios y discrecionales sea irrelevante. Actualmente, alrededor de 189 millones de estadounidenses tienen al menos una tarjeta de crédito, cada una con un límite típico de $9,500. El acceso inmediato a tal suma inspira a muchos a incurrir rápidamente en atrasos impenetrables. Si bien la deuda promedio por hogar actualmente supera los $5,700, los saldos de seis cifras no son inusuales. Las tarjetas de crédito han pasado de ser una herramienta de pago conveniente a una cuenta de emergencia instantánea, aguinaldo, fondo de vacaciones y aumento de salario, todo en uno.
No es solo el plástico lo que facilita endeudarse. Las instituciones de préstamos rápidos han irrumpido en nuestro panorama. Ahora podemos acceder a nuestras futuras ganancias con solo emitir un cheque. Muchos de quienes recurren a estos negocios se ven atrapados en un ciclo interminable de deudas, con tasas de interés que dejarían atónito a cualquier usurero.
Tener deudas de consumo causa estrés y preocupación. Además, puede minar tu capacidad de ahorrar para la jubilación y la educación superior.
¿Cómo revertimos la tendencia? Aquí hay algunas maneras:
- Refuta la idea de que mantener la deuda es inevitable y simplemente otra forma de administrar el dinero.
- Redefínete como un “ahorrador” en lugar de un “consumidor”.
- Disfrute de la sensación de vivir dentro de sus parámetros de ingresos, en lugar de más allá de ellos.
- Acepte que es posible que no pueda tener todo lo que quiere (o incluso necesita) hoy, y que una solución rápida de efectivo no lo sacará de una mala situación; solo hará que el mes siguiente sea más difícil.
- Tome prestado sólo cuando esté absolutamente seguro de que puede pagar el saldo total cuando llegue la factura.
- Rechace la idea de que es su responsabilidad mantener la economía en marcha. No lo es. Necesita ahorrar para el futuro (en lugar de pedir prestado), para que usted y su familia puedan ser financieramente independientes, preparados y seguros.
Si no puede cubrir sus gastos, no pida un préstamo; busque ayuda. BALANCE ofrece asistencia gratuita y de alta calidad. Si está considerando una compra que está fuera de sus posibilidades (y si no sabe cuáles son sus posibilidades, no está solo), contáctenos. Podemos ayudarle a desarrollar un plan de gastos. Piénselo bien antes de pedir prestado.
No compres lo que no te puedes permitir. A veces es así de simple.

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